
El Parque Nacional de Guadarrama puede ser “descafeinado”.
Varios expertos coinciden en considerar insuficiente la propuesta presentada por la comunidad.
Algunas opiniones que últimamente han sido recogidas por la prensa.
Un Parque Nacional de Guadarrama “descafeinado” y que no cumple “ninguna de las directrices” del plan director. Ése es el contundente diagnóstico de Ecologistas en Acción, Comisiones Obreras y varios profesionales, que ofrecieron una rueda de prensa conjunta para valorar el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la Sierra de Guadarrama que ha elaborado la Comunidad de Madrid.
A juicio de Javier de Pedraza Gilsaz, montañero y profesor en la Facultad de Geología de la Universidad Complutense, “la propuesta de PORN es una falacia. No se puede permitir la desprotección de la Sierra. Los poderes públicos carecen de interés para dar a los ciudadanos alternativas al ladrillo.”
Agustín Hernández Aja, de la Escuela de Arquitectura de Madrid, considera que” el PORN lejos de unificar y ordenar los espacios protegidos existentes, rebaja significativamente la protección de la Sierra al poner gran parte de su superficie, directa o indirectamente, al servicio del sistema inmobiliario madrileño”. Por su parte, el portavoz de Ecologistas en Acción, Santiago Martín Barajas, ha insistido en sus críticas a este documento. “Nuestra posición es muy clara. Si el PORN y el Parque Nacional incrementan los niveles de protección de la Sierra, lo apoyaremos. Si se reducen, lo rechazaremos.
Por último, José Luis Díaz, de Comisiones Obreras, lamentó que no se proteja de manera suficiente el piedemonte serrano. “Los ayuntamientos y la propia Consejería de Medio Ambiente han entrado en una carrera desenfrenada para recalificar terreno”, citando en este sentido el caso de Los Molinos. Todos los asistentes coincidieron en que la principal amenaza para la conservación de la Sierra de Guadarrama es la expansión urbanística y las grandes infraestructuras. Ecologistas en Acción iniciarán en el mes de agosto una campaña informativa y CC OO no descarta movilizaciones.
Salvo que la Junta de Castilla y León diga lo contrario, todo apunta que será en el próximo mes de septiembre cuando la Comunidad de Madrid apruebe definitivamente el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), que permitirá en un futuro inmediato establecer las bases que regularán el desarrollo del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. Partidos políticos, colectivos y asociaciones han venido mostrando en los últimos meses su preocupación por el contenido final de este documento que, lógicamente, debe servir, entre otras cosas, para poner freno al desmesurado crecimiento urbanístico que se produce en la Sierra del Guadarrama. Tanto es así que los responsables de CC OO, aprovechando su presencia en los cursos de verano de San Lorenzo de El Escorial, han anunciado que a partir de septiembre tienen previsto entrevistarse con el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Mariano Zabía; con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona; con el defensor del Pueblo y con los responsables políticos de los ayuntamientos afectados, porque si nadie lo remedia “en toda la zona del Guadarrama, en lo que hasta hace poco eran dehesas y pastizales, se crearán macrourbanizaciones que podrán acoger a una población cercana a los 250.000 habitantes”.
Y no creo que vayan muy descaminados los portavoces de este sindicato a la hora de cuantificar el futuro crecimiento demográfico de esta comarca, porque solamente los nuevos planeamientos que actualmente tiene pendientes de aprobar la Comunidad de Madrid y que corresponden, entre otros, a los ayuntamientos de Alpedrete, Moralzarzal, Guadarrama, Becerril, Cercedilla, San Lorenzo de El Escorial, Los Molinos y El Escorial, contemplan la construcción de casi 100.000 viviendas en los límites del futuro Parque Nacional, algo que sin duda lo desvirtuaría. De ahí que, salvo que el Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre ponga freno a la desmedida propuesta realizada por los consistorios a la hora de pedir la recalificación de miles de hectáreas de terreno a través de sus respectivos PGOU, el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, al menos en lo que respecta a la vertiente madrileña, va a estar colmatado de hormigón y ladrillos, materiales que precisamente no son los más adecuados a la hora de proteger el hábitat natural de una zona tan privilegiada como la nuestra.
Ni las presiones, algunas demasiado convincentes, de los propietarios de suelo, ni los lloros de los políticos que rigen estos municipios, temerosos de quedarse sin la gallina de los huevos de oro al considerar al urbanismo la única fuente de financiación de las tesorerías de sus municipios; ni siquiera el gancho tan al uso de prometer que en caso de ser aprobado ‘su’ planeamiento construirían tropecientas mil viviendas de protección pública, deben superar los límites que supuestamente debe contemplar el futuro Plan de Ordenación del Parque Nacional para acabar de una vez por todas con ese genocidio medioambiental que por desgracia se prodiga hasta la saciedad, gobierne quien gobierne, en la mayoría de los consistorios de la Sierra del Guadarrama. Y que conste que esto lo decimos sin acritud, pero con bastante preocupación.