Cosas de niños

¿ANTES MUERTA QUE SENCILLA, POR QUÉ?

Creo que los padres nunca queremos que nuestras/os hijos ñoños, sino contemporáneos y modernos, pero también serios y responsables. Y sencillos, sí, por supuesto, que es sinónimo de natural, sin artificio ni doblez, y antónimo de afectado, sofisticado, rebuscado y excesivamente mundano.

«Ni la letra se parece lo más mínimo a lo que un padre consciente espera que sea la forma de actuar de un niño actual»

La letra de la cancioncilla, que es un elogio de la memez preadolescente, describe a la perfección una sociedad embobada que ha puesto sus miras en lo superficial y lo superfluo, no en valores profundos y auténticos; en lo banal, no en lo trascendente; en lo chabacano y vulgar, no en lo elevado y noble. Que este estúpido modelo de felicidad infantil se nos venda envuelto en el éxito instantáneo y volátil, ES UNA PENA.

Solamente el título de la cancioncilla es para agarrar por la solapa al autor y a los señores progenitores de la tierna criatura. ¿Qué perversión de valores estamos vendiendo a nuestros hijos si los modelos que les presentamos ofrecen esta filosofía? Porque quede claro que los niños se quedan con el contenido de la letra mejor que con la tabla de siete, pongo por caso.

Que no me digan que exagero, que el lunes pasado estaban las escuelas llenas de niños que canturreaban y saltaban y bailaban a imitación de lo que habían visto repetido en la tele, telediarios incluidos. Uno, en su supina ignorancia de los códigos de valores que rigen nuestra sociedad, pensaba que en esta vida se trataba de ser feliz (y de hacer felices a los demás).

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