Hay un rótulo de madera colocado en la entrada del Parque Nacional de los Pirineos franceses, donde está escrito para que de alguna forma cumplamos el siguiente decálogo:
DECALOGO
I. Estáis en el parque Nacional de los Pirineos.
II. Fotografiad las flores, pero no las cojáis.
III. Contemplad los animales, pero no les molestéis.
IV. No vengáis aquí con vuestros perros.
V. Cerrad los transistores y escuchad la música de la naturaleza.
VI. Dejad los desperdicios dentro de los contenedores.
VII. No hagáis grafitis ni ensuciéis la naturaleza.
VIII. No maltratéis a los árboles ni a las plantas.
IX. No cortéis ni rompáis ninguna rama.
X. Respetad el bosque, el agua, la naturaleza.
Está probado que en las zonas especialmente visitadas por excursionistas se produce una regresión del «hábitat» de muchas especies que se van alejando de aquello que les molesta.
No maltratemos la hierba de los prados: es la comida de los animales durante las grandes nevadas de invierno. No dejemos nunca ningún rastro por donde hayamos pasado.
Los entendidos dicen que: El ruido, la música, los gritos… alteran la vida de los animales, sobre todo de los pájaros, hasta el punto que podemos influir en su comportamiento, en épocas delicadas para ellos, como pueden ser el apareamiento y la cría de los pollitos.
Al hallarnos en plena naturaleza dejemos las prisas y las preocupaciones. Miremos aquello que nos llama más la atención: un árbol, el vuelo majestuoso de un ave, una ola del mar, el colorido de un prado, una pequeña flor… Mirémoslo poco a poco, sin ninguna pretensión…Viviremos mejor, empecemos a vivir en Paz.